Hay muchas filosofías de adiestramiento canino, pero los métodos más utilizados son los métodos de adiestramiento positivos: recompensar el comportamiento que desea fomentar e ignorar o redirigir el comportamiento no deseado. Establezca una meta realista de lo que quiere que su perro sepa, por ejemplo, cinco habilidades principales para desarrollar en casa o normas de comportamiento o bien cualquier destreza que se supone quiera que aprenda.
Prepare algunas golosinas sabrosas: carne cocida, pedazo con queso para perros quisquillosos o bien golosinas caninas. Muchos perros trabajarán para realizar todo tipo de tarea que le pidas, ya que pasar tiempo contigo es gratificante.
Algunas sugerencias para una formación a largo plazo exitosa:
1. Mantenlo corto
¡Recordar! Siempre mantén las sesiones de entrenamiento cortas. Asegúrese de comenzar y terminar cada sesión con un ejercicio fácil o una sesión de abrazos para que su perro esté ansioso por la próxima sesión.
2. Tómatelo con calma
Ser paciente. Los perros que nunca antes fueron entrenados necesitan tiempo para comprender su lenguaje corporal y lo que se les pide. No intentes enseñarles todo el mismo día o uno tras otro. Haz que agarren un taco y luego se muevan hacia el otro.
3. Sé persistente
No es suficiente aprender un comportamiento una vez. Es importante reforzarlo en diferentes ambientes, con otras distracciones. Si le enseñaste a tu perro a sentarse en la cocina, pruébalo en tu sala de estar, afuera, en un parque para perros. Verás lo diferente que responde tu perro. Pule los comandos antiguos mientras agregas los nuevos a tu programa de entrenamiento.
4. Acordar las reglas
Asegúrate de que todos los miembros de la familia estén de acuerdo con la regla y haz que sean consistentes con el perro. Si al perro no se le permite subir al sofá, debe ser una regla estricta. Si a su perro se le permite a veces y generalmente no, el perro seguirá tratando de verificar si hoy es su día de suerte.
5. Dar una alternativa
Si su perro se está portando mal, en lugar de decirle qué no hacer, dígale qué hacer. Si su perro sigue saltando sobre usted, no diga simplemente “no”. En su lugar, pida que se siente y cuando un perro lo haga, recompénselo con su amor y atención.